jueves, 19 de julio de 2012
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Aveces nos invade una sensación de tristeza que no logramos controlar, decía el.
Percibimos que el instante mágico de aquél día pasó y que nada hicimos.
Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuímos algún día y que todvía existe dentro de nosotros.
Ese niño entiende de momentos mágicos.
Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.
Ese niño que fuimos un día continua presente. Bienaventurados los pequeños, porque de ellos es el reino de los cielos.
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.
Existen muchas maneras de suicidarse, los que tratan de matar al cuerpo, los que tratan matar el alma.
Presetemos atención a lo que nos dice el niño que guardamos dentro del pecho, no nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca nadie le escucha.
Permitamos que tome un pco las riendas de nuestra existencia, ese niño sabe que un dia es diferente de otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado, hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Recuerden que la sabiduria de los hombres es locura ante Dios, si escuchamos al niño que llevamos en el alma, nuestros ojos volverán a BRILLAR. Si no perdemos el contacto con ese niño, jamás perderemos contacto con la vida.
Jueves 19 de julio 2012.
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